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viernes, 21 de mayo de 2010

Las escuelas de negocios intentan un 'cambio extremo' Una nueva tanda de decanos se propone derribar la idea de que enseñan a manipular el sistema fin

Artículo que me pareció super interesante..Es del WSJ.


Por Diana Middleton

Un nuevo grupo de decanos está tomando las riendas de varias escuelas de negocios de élite en Estados Unidos en momentos en que la educación de gestión pasa por momentos tensos.

Estos nuevos decanos —una mezcla de docentes salidos de las mismas filas de las instituciones y de personal externo— tendrán la tarea de restaurar la reputación de las escuelas de negocios, impulsar la recaudación de fondos a medida que mejora el panorama económico y revisar exhaustivamente el plan de estudios de las escuelas para acomodar a la próxima generación de líderes empresariales.

Tres instituciones —la Escuela de Negocios de Harvard, la Escuela de Administración Kellogg de la Universidad Northwestern y la Escuela de Administración de la Universidad de Yale— han nombrado recientemente nuevos decanos, y la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago y la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan se encuentran en el proceso de selección.


Durante la crisis financiera y durante la mayor parte del último decenio desde el colapso de Enron, las escuelas de negocios han sido criticadas públicamente. El entonces presidente ejecutivo de Enron, Jeffrey Skilling, tiene una maestría en administración de negocios de la Universidad de Harvard. Muchos han culpado a la educación de estas instituciones de promover una manera de pensar para manipular el sistema financiero, y los críticos han cuestionado si parte de la culpa recae en la educación gerencial.

"Enseñamos a nuestros estudiantes a buscar grietas en la economía", dice James Ellis, decano de la Escuela de Negocios Marshall de la Universidad de Southern California. "Y les enseñamos cómo aprovecharse" de esas grietas.

La nueva oleada de decanos se está centrando especialmente en cambiar esta reputación. Nitin Nohria, de la Universidad de Harvard, ha criticado abiertamente las prácticas de gestión, y aboga por el llamado juramento del MBA, una promesa similar a la que hacen los abogados y los médicos al recibir sus diplomas.


"Estamos entrando en un momento crítico para la educación gerencial", dice Sally Blount, la recién nombrada decana de Kellogg. "Nos centramos en la ética, por supuesto, pero también en la responsabilidad social".

Las escuelas se están viendo afectadas por la debilidad de las recaudaciones de fondos y donaciones, debido en parte al estado de la economía. Desde que en 2008 el inversionista David Booth donara US$300 millones —la mayor donación de la historia a una escuela de negocios— a la Universidad de Chicago antes del desplome económico, se han anunciado pocas donaciones.

En Yale, los fideicomisarios de bancarrota de BearingPoint entablaron una demanda para que la universidad devolviera US$2,1 millones de una donación de US$8,1 millones prometida a la escuela de negocios en 2008. La donación completa de US$30 millones prometida por BearingPoint estaba destinada a financiar la construcción de nuevos edificios, indicaron directivos de Yale.

Dosis de optimismo


La universidad espera que su nuevo decano, Edward Snyder —quien fue la persona que consiguió la donación de Booth para la Universidad de Chicago—, pueda impulsar las actividades de recaudación de fondos, dice el profesor de gestión empresarial Jim Barron, director de la comisión encargada de la búsqueda de un decano para la escuela de negocios. Snyder sigue en la Universidad de Chicago y pasará a Yale en julio de 2011.

Linda Livingstone, decana de la Escuela de negocios y Administración Graziado de la Universidad de Pepperdine, dice que los antiguos alumnos aún siguen afectados por la recesión. En lugar de realizar grandes donaciones una sola vez, ofrecen cantidades más pequeñas distribuidas a lo largo de varios meses o años. Pero son las grandes donaciones las que permiten renovar las escuelas de negocios, ya sea con la construcción de nuevas instalaciones o financiando nuevas áreas de prácticas.

En la actualidad, con la considerable reducción de las donaciones, las firmas de diseño que se especializan en edificios para escuelas de negocios, como Perkins & Will, afirman que las escuelas han retrasado la construcción de nuevos edificios y extendido las etapas de planificación para ganar más tiempo que les permita recaudar más fondos.

"Lograr que los ex alumnos den durante épocas de incertidumbre es muy difícil", dice Livingstone.

Al mismo tiempo, las escuelas se encuentran bajo presión para renovar sus planes de estudios para acomodarse al acelerado mundo de los negocios. Y se les pide que lo hagan con una buena dosis de ética, formación conductual y un énfasis en que no se trata de ganar a toda costa, algo que según los críticos de las escuelas, está ausente en la mayoría de los centros educativos de este tipo.

La Escuela de Negocios Haas de la Universidad de California, en Berkeley, anunció una reestructuración completa de su plan de estudios, desde su proceso de admisión hasta un replanteamiento de la estructura de sus clases, y añadió cursos esenciales en temas como resolución de problemas y lenguaje persuasivo.

Pero inhibir la innovación podría perjudicar a los programas de doctorado destinados a producir futuros catedráticos de negocios, a medida que las escuelas recortan sus costosos planes de estudios de doctorado. Muchos decanos también dicen que han abierto plazas en sus facultades pero no tienen presupuesto para pagar los salarios.

Si bien hay muchos dentro del mundo de las escuelas de negocios que creen que la recaudación de fondos mejorará a medida que se recupera la economía, un gran número de escépticos, incluyendo académicos y administradores de las propias escuelas de negocios, afirman que los renovados esfuerzos para cambiar los planes de estudio y el tono de la educación gerencial serán complicados.

Estas mimas personas argumentan que se debe en parte a que existen escasos incentivos para cambiar la cultura de "ganar a toda costa" que suelen promover las escuelas de negocios. A pesar de la mala reputación de las escuelas, el 66% de los programas de tiempo completo recibieron más solicitudes de admisión en 2009 frente al año previo, según la asociación de escuelas de negocios Graduate Management Admission Council. Y las compañías, si bien han reducido sus contrataciones en los últimos años, no han solicitado cambios significativos en las habilidades que los estudiantes están aprendiendo en los programas, dice Paul Sorbera, presidente de la firma neoyorquina Alliance Consulting, especializada en la contratación de personal para operaciones de renta fija, financiamiento estructurado, cambio de divisas y derivados.

Se perdió el impulso

Tras los escándalos de Enron y Worldcom, muchas escuelas añadieron cursos de ética a sus planes de estudios, algunos de ellos presentes en casi todas las clases de maestrías en administración de empresas. Otras comenzaron a exigir a sus estudiantes que visitaran a criminales de cuello blanco en la cárcel, y algunas escuelas ofrecieron conferencias a las que invitaron a criminales de cuello blanco. Pero a medida que se desvaneció la fiebre de Enron, también menguaron estos esfuerzos. En la actualidad no se ofrece ninguno de estos programas, la mayoría de los cuales dejaron de darse hacia finales de 2003. "La ética y la educación cívica son increíblemente importantes", dice Noel Tichy, profesor de la Escuela de Negocios Ross de la Universidad de Michigan. "Pero las escuelas de negocios pueden ser una cultura difícil de cambiar".

Algunos de los nuevos decanos pueden ser más abiertos que en el pasado, envalentonados por las protestas públicas y las peticiones de cambio de los presidentes y administradores de las universidades, dice Judith Samuelson, directora ejecutiva del Programa de Negocios y Sociedad del Instituto Aspen.

"El mensaje antiguo de las escuelas de negocios era que la ética y los valores eran algo añadido", dice Samuelson. "Esto es la antítesis de los que necesitamos ahora, y los nuevos decanos lo entienden".

—Jane Porter contribuyó a este artículo

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